Penta después del caso Penta... El ocaso del holding tras el procesamiento de los dueños
Mientras el banco opera con la mínima cantidad de personas, la corredora y AGF han visto caer sus números.
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El golpe que significó el caso Penta para el holding que controlaba Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín fue duro. Más en sus empresas financieras, las cuales tuvieron que desprenderse debido al daño reputacional que generó el escándalo que tuvo a ambos personajes procesados.
El daño estaba hecho: la fuga de clientes llevó a las sociedades a una crisis que significó números rojos y despidos de casi 200 personas.
“El 2015 tuvimos una gran pérdida; todavía no nos informan de los números como tal, de las cifras que se manejan, pero hubo una pérdida grande y cerramos el año con números rojos”, dice una fuente al interior del banco. A mitad del año pasado el directorio del banco informó que vendía la totalidad de sus negocios en forma separada a Banco de Chile y Security, operación que generó cerca de US$ 950 millones. La entidad del grupo Luksic se quedó con la cartera de crédito, mientras que Security con la banca privada, donde se incluye a la corredora de Bolsa y la Administradoras General de Fondos (AGF).
Banco opera al mínimo
Fuentes al interior de la entidad financiera comentaron que, actualmente, “hay muy pocas personas trabajando”, la cuales son las “necesarias” para que la entidad siga funcionando por el tema de los bonos, “hasta que la Superintendencia ya puede cesar sus actividades, pero la realidad es que el banco está en proceso de disolución”.
Y es que la entidad tiene los recursos para deshacerse de su deuda, no obstante la complejidad de los bonos emitidos no permite su pago anticipado sin una compleja negociación.
Como sea, el resultado atribuible a los controladores del Banco a noviembre de 2015, correspondiente a una pérdida de $ 10.138 millones, está muy lejos de la utilidad que registró al cierre de 2013, de $ 4.073 millones, antes que explotara el caso.
Corredora y AGF caen
Mientras ocurren las aprobaciones regulatorias correspondientes las entidades continúan operando, y pese que ya se anunció la enajenación de las sociedades, éstas siguen sufriendo la consecuencias que aún les genera el caso.
La corredora de bolsa es quizás la más afectada, ello porque los montos transados han disminuido notoriamente.
Para Penta Corredores de Bolsa, durante el 2013 –antes que estallara el caso- los montos transados en la Bolsa de Comercio de Santiago fueron de $ 1,1 billones, por lo que representaba aproximadamente el 3% de participación de mercado en dicha plaza. Mientras que el 2015 cerró con $ 234 mil millones, por lo que no llega ni siquiera al 1%.
A nivel de ingresos el daño también ha sido notorio. A septiembre de 2013 los ingresos de la intermediaria fueron de $ 3.365 millones, a septiembre del año pasado los ingresos bajaron a $ 937 millones.
Mientras que la AGF la situación también se ha deteriorado, pero ésta ha sido menos dramática. Si al 2013 el patrimonio administrado era de
$ 185.183 millones, mientras que a fines del año pasado cerró en $ 141.047 millones, es decir, una caída de 23%.
Desde el mercado además señalan que los únicos que han estados operando con ellos es gente cercana al grupo, y que prácticamente todos los institucionales han dejado de participar con ellos.
Dicen también que una de las ideas que tenía la corredora antes de todo esto era potenciar el segmento institucional. Para ello se habría diseñado un plan para captar este tipo de clientes, claro que todo eso quedó en nada.